EL IES LA MINILA PARTICIPA EN EL PROYECTO NACIONAL “RUTAS CIENTÍFICAS, ARTÍSTICA Y LITERARIAS” El proyecto presentado por el IES La Minilla de Las Palmas de Gran Canaria ha sido seleccionado por el Ministerio de Educación y Ciencia entre un centenar de solicitudes para participar en la Convocatoria 2014 del Programa nacional “Rutas Científicas, Literarias y Artísticas”.
sábado, 22 de noviembre de 2014
LA "RUINA MONTIUM".
LA "RUINA MONTIUM": CUANDO EL ORO MUEVE MONTAÑAS
Si hay un lugar que a lo largo de los siglos ha permanecido como testimonio inalterable de la barbarie humana es, sin duda alguna, ésta espina sangrante clavada en el corazón del Bierzo leonés, que se conoce como Las Médulas. Camino de León hacia Galicia se alcanza un paraje único e increíble, Las Médulas, al que siglos atrás habían llegado ya los romanos en busca de oro. Es una obra gigantesca de ingeniería romana para extraer de las montañas el preciado oro. Aquí los romanos removieron millones de toneladas de tierra mediante el procedimiento conocido como "ruina montium". Montañas enteras quedaron reducidas a barro y oro que fue a engrosar las arcas del Imperio.
Las Médulas están situadas en la comarca leonesa del Bierzo, muy cerca de la provincia de Orense, rodeadas por los ríos Sil y Cabrera y los arroyos del Valao y del Isorga
Este paraje natural fue en su origen una explotación romana de oro a cielo abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península Ibérica.
El espacio de Las Médulas siempre ha sido una fuente de preguntas respecto a los procedimientos seguidos por los romanos en sus trabajos de minería del oro. La única fuente directa con la que contamos es la que hace Plinio el Viejo (23-79 d. C.) del proceso:
“El procedimiento supera el trabajo de los gigantes; las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de las lámparas (...) su misma duración sirve para medir los turnos y por muchos meses no se ve la luz del día. Este tipo de explotación se denomina arrugia y de improviso se producen grietas y hacen perecer a los trabajadores (...) Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas de los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él (...) La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire. Los mineros victoriosos contemplan el derrumbe de la Naturaleza (...) Las tierras (...) en la ruina montium o arrugia son transportadas por el agua. El oro obtenido mediante la arrugia no se funde sino que es oro al instante.” (Plinio, Historia Natural, XXXIII).
A partir de esta descripción de Plinio se puede reconstruir la forma en la que tenían lugar los derrumbes, provocados sin duda por verdaderas explosiones, lo que sugiere un método basado en la compresión del aire.
La corta de minado o ruina montium (derrumbe de los montes) fue el sistema más espectacular de los empleados por los romanos en Las Médulas, cuyo paraje ha quedado marcado a lo largo de los siglos con una singular y única forma a raíz de las obras romanas. Este era un sistema de minería usado ya en la Roma Antigua, que se basaba en la fuerza del agua para derrumbar extensiones amplias de montaña de un solo golpe. La técnica consistía en cavar galerías en el interior de una montaña, desbordar un río para que su agua se introdujera y, con la presión ejercida por la misma, la montaña se derrumbaba desde sus cimientos. Del lodo resultante se extraía oro.
Después de haber construido una red de pozos y galerías sin salida externa en la base de la masa de materiales que se quería derrumbar, a continuación se ahuecaba una zona de forma aproximadamente esférica en el centro del monte seleccionado para producir su "ruina". Se introducía agua a presión por la parte inferior de la citada cavidad lo que producía la compresión del aire almacenado cuya presión aumentaba al disminuir el volumen de acuerdo con la leyde Boyle. Cuando la presión interior superaba la resistencia del terreno se provocaba la "ruina montium", produciéndose la expansión de aire comprimido con un el increíble desplazamiento de aire que señala Plinio.
La fuerza que provocaba las explosiones provenía de la presión del agua, que necesitaban en abundancia y situada a una altura necesaria para que la presión en la cueva principal fuese suficiente. Para disponer de este agua los romanos construyeron una extensa red de canales (corrugi) de más de trescientos kilómetros de longitud total, que traían agua desde las cotas más altas de los Montes Aquilianos, e incluso desde las cuencas del Sil y del Duero. El agua se recogía en embalses (stagna) situados en las cotas altas de Las Médulas.
Este enorme trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso una gran alteración del medio ambiente, pero ha dado como resultado un paisaje grandioso y espectacular de arenas rojizas, repleto de vegetación de castaños y robles. Se considera un "paisaje cultural" y tiene la denominación de "Parque Cultural".
Y resulta curioso que lo que en la actualidad contemplamos extasiados como algo mágico y maravilloso, realmente es el resultado de todo un desastre ecológico. Su origen no es otro que la explotación de lo que fue la mayor mina de oro del Imperio Romano. Los restos que hoy podemos ver eran una compleja obra de ingeniería, embalses de agua y todo un sistema de túneles y canalizaciones.
Si hay lugar donde se ve el poder de la naturaleza para cicatrizar las heridas más profundas, ese es las Médulas ¡La belleza de la destrucción! .Una paradoja que aquí se aprecia con toda su fuerza, hasta el punto de hacer que el alma se vea envuelta en sentimientos contradictorios. Un extraño soplo espiritual flota sobre el lugar, unido a ese silencio berciano, característico, que hace que en algunos momentos se te pongan los pelos de punta.
Esa belleza de la destrucción, está pintada con brochazos de sangre, sudor y lágrimas. Y lo encontramos en un paisaje de extraordinaria belleza: Las Médulas. Un lugar sorprendente y sobrecogedor que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997.
jueves, 20 de noviembre de 2014
Literatura Mística.
LA LITERATURA MÍSTICA
CASTELLANA
La literatura ascético-mística, que se produce en la época de Felipe II (1554-1598), es una expresión literaria de suma relevancia en la literatura española. La producción escrita, en los siglos XVI y XVII, fue extraordinaria, se publicaron más de tres mil libros sobre este género. La ascético-mística es una manifestación literaria de las más auténticas y distintivas de la literatura española.
El encuentro español con la ascético-mística en el siglo XVI responde a unas conocidas motivaciones históricas. La escisión protestante acarrea un enorme enfrentamiento de carácter religioso y espiritualista que crea un estado de malestar y contrariedad. Los orígenes de la literatura mística coinciden con la culminación de la Reconquista y con el balbuceo del Inicial Renacimiento, en que el espíritu español tiende a mirar hacia el interior.
La palabra «mística» estrictamente sólo deberá aplicarse para designar las relaciones sobrenaturales, secretas, por las cuales Dios eleva a la criatura sobre las limitaciones de su naturaleza y la hace conocer un mundo superior, al que es imposible llegar por las fuerzas naturales ni por las ordinarias de la Gracia. Misticismo es el conocimiento experimental de la presencia divina, en que el alma tiene, como una gran realidad, un sentimiento de contacto con Dios. Pero si la mística es el punto más alto de la vida espiritual y representa un regalo extraordinario de la Gracia de Dios, el alma puede colaborar por todos los medios a su alcance para aproximarse a tal estado de perfección y hacerse digna de él. La ascética depende, pues, exclusivamente, de la voluntad y actividad humanas, pues se trata del período de la vida espiritual en que, por medio de ejercicios espirituales, mortificaciones y oración, logra el alma purificarse, purgarse o desprenderse del afecto a los placeres corporales y a los bienes terrenos.
Ávila es la tierra de los místicos por excelencia de la literatura española: San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. La cima más alta de toda la mística española y universal es la alcanzada por los escritores de la Orden del Carmelo Santa Teresa de Jesús (Ávila: 1515-1582) y San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 1542-1591). Ambos fueron escritores excepcionales que lograron alcanzar en vida la perfección. La crítica ha encontrado en San Juan de la Cruz y en Santa Teresa, los exponentes máximos del misticismo hispano.
SAN JUAN DE LA CRUZ
(1542-1591)
Juan de Yepes y Álvarez nació en 1542 en Fontiveros, provincia de Ávila. Era de familia noble pero arruinada. Estudió primero con los jesuitas en la ciudad de Medina del Campo, y a los 19 años ingresó de novicio en el Colegio de Carmelitas con el nombre de Fray Luis de Santo Matías. Después de profesar continuó sus estudios en la Universidad de Salamanca y, ordenado de sacerdote en 1567, regresó a Medina del Campo. Fue amigo de Santa Teresa de Jesús, quien representa la cima de la prosa mística española y, con ella, emprendió reformas eclesiásticas en la rama masculina de la Orden del Carmelo, fundando el primer monasterio de Carmelitas Reformados o Descalzos, en Duruelo. Desde entonces tomó el nombre de Fray Juan de la Cruz. En 1572, al ser elegida Santa Teresa como abadesa de la casa madre de Ávila, San Juan fue designado director espiritual de aquel convento. San Juan fue elegido prior de varios conventos. En 1577 fue preso en Toledo por frailes calzados pero escapó de la cárcel a los ocho meses. En la ciudad de Úbeda murió el 13 de diciembre de 1592 por consecuencia de ciertas calenturas. Su cuerpo fue después trasladado a Segovia, donde está sepultado. Fue beatificado en 1675, hecho santo en 1726, y declarado Doctor de la Iglesia en 1926.
En San Juan coexiste el místico enamorado que escribía como en pleno rapto o arrobo, y el técnico experto que afina minuciosamente los recursos artísticos de su poesía. Su poesía se expresa en bellas metáforas, símbolos e imágenes, y usa la alegoría del matrimonio. La naturaleza se usa en toda su riqueza: montes, ríos, árboles, flores, animales, perfumes, pero siempre como elementos alegóricos. Su vocabulario es rico en sinonimias, palabras populares y rústicas, antítesis, onomatopeyas
El tema único de su poesía es el de la unión mística con Dios. En efecto su poesía ha sido clasificada como «poesía erótica a lo divino». El plano humano ha sido elevado al más alto simbolismo religioso. San Juan de la Cruz lleva la poesía mística a la más intensa y sublime expresión a que ha llegado el misticismo universal. Es el último de los grandes místicos. También en él se agotan las posibilidades de la poesía religiosa. También es una de las voces líricas más puras que jamás hayan existido
SANTA TERESA DE JESÚS
(1515-1582)
Teresa de Cepeda y Ahumada, o Santa Teresa de Jesús (Santa Teresa de Ávila) fue una monja carmelita. Llega el misticismo español a su máxima expresión humana. Sus obras en prosa son: Camino de perfección (1565), dirigido a sus compañeras monjas; El libro de su Vida (1588), su autobiografía; y Las Moradas o castillo interior (1588), tratado doctrinal de sus experiencias místicas. Fue declarada primera Doctora de la Iglesia en el siglo XX por el papa Paulo VI el 27 de septiembre de 1970.
Teresa de Ahumada Cepeda nació en Ávila en 1515 y provenía de descendencia judío-conversa. El modelo de fundaciones para las carmelitas se basaba en la igualdad más absolutas de sus monjas, en la pobreza radical, en un estilo de vida alegre (entre las reliquias se suelen encontrar tambores, castañuelas y otros instrumentos festivos), libre del hambre y de la dependencia de fundadores caprichosos.
Además de su Epistolario, y su labor poética, sus cuatro grandes obras se pueden agrupar de dos en dos. Un par entran dentro de lo autobiográfico: la Vida (1562- 1565) y el “Libro de las fundaciones” (1576); otros dos son sus tratados de mística: el “Camino de la perfección” y “Las moradas o el castillo interior”
La Vida, por un lado, es una autobiografía espiritual, donde el estilo es desenfadado respecto al uso de la lengua coloquial. Y, por otro lado, es un tratado de mística. Tuvo problemas de censura por la Inquisición, pero los juicios fueron favorables a la monja. El libro de las Fundaciones es la historia externa de su lucha reformista. El Camino de Perfección es un tratado para las hermanas Carmelitas descalzas. Está desarrollado de una forma didáctica, y con una lógica impecable. Santa Teresa se siente angustiada por el ambiente de desconfianza que rodea a las mujeres, sobre todo desde una teología escrita por hombres, muchas veces con menosprecio hacia lo femenino como ser humano.
En las Moradas, obra cumbre del misticismo cristiano, el alma contiene aposentos, igual que el cielo tiene muchas moradas. Teresa escoge las siete de estas moradas superiores. Las cuatro últimas contienen la doctrina mística, empezando con la distinción entre ascética y mística, separando cómo los goces naturales nacen de nosotros mismos y acaban en Dios, en tanto que los sobrenaturales nacen en Dios y resultan en nosotros. Los primeros son obtenidos por el ejercicio de nuestras
potencias; y los segundos vienen exclusivamente dados por Dios, con gran quietud y sin intervención de las potencias.
Torre de Hércules.
LA TORRE DE HÉRCULES, UNA PICA
ROMANA EN LA COSTA DE LA CORUÑA
El faro de A Coruña, conocido como torre de Hércules, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Una estilizada silueta que identifica la urbe, ya que su majestuoso contorno sobresale por el horizonte desde muchos puntos de la ciudad.
La Torre de Hércules es el único faro romano que desde sus orígenes hasta la actualidad ha cumplido con su función primigenia, la de servir de señal marítima e instrumento de navegación para las embarcaciones que en su travesía atravesaban y atraviesan el corredor atlántico. Un guía de los barcos cuya luz es visible hasta una enorme distancia: 24 millas. Si hay niebla, su señal sonora también llega hasta las 7 millas.
Después de la conquista por Roma del Occidente europeo (Hispania, Galia y Britania), la bahía coruñesa adquiere una gran importancia en las rutas marítimas romanas que ponen en comunicación el Mediterráneo y las zonas costeras noratlánticas. Situada en una costa peligrosa, se convirtió en una magnífica dársena para los barcos que emprendían la ruta hacia Britania o venían de atravesar los peligros del cabo Finisterre. Los romanos crearon un importante enclave portuario, al que le pusieron el nombre de Brigantium, y para servir de apoyo a la navegación de las naves comerciales y militares construyeron el gran faro que hoy llamamos Torre de Hércules.
El faro fue construido con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo I o en los primeros años del siglo II d. C. por los romanos en Finisterre (finis terrae – fin de la tierra conocida) para acompañar a los barcos que bordeaban el extremo más occidental del Imperio Romano.
La torre original seguramente era circular y con la rampa de acceso en su exterior, para acarrear la leña que servía para hacer el fuego que orientaba a los marineros. El aspecto actual se debe a la restauración terminada en 1790 por Carlos III al ingeniero Eustaquio Giannini, ya que la Torre había quedado muy deteriorada después del ataque del pirata Drake a La Coruña.
Esta singular construcción es de planta cuadrangular de aproximadamente 11,75 m de lado y presenta una altura total de 57 m, de los cuales 34,38 m corresponden a la fábrica romana y 21 m a la restauración realizada en 1789 para modernizar el sistema de señalización marítima. De la construcción romana ha llegado hasta nosotros el núcleo interior del faro y se ha perdido la rampa de acceso exterior.
En la actualidad la Torre se levanta sobre una amplia plataforma poligonal de 32,40 m de ancho, que le sirve de base y que fue construida a principios del siglo XIX. Exteriormente, el monumento presenta una estructura prismática sobre la que se dispone un remate torreado octogonal con refuerzos de sección triangular en las esquinas, que suaviza el arranque de la base cuadrada. A este primer cuerpo torreado le sucede otro, decreciente en altura, que sirve de base a la linterna en la que se encuentra la potente lámpara que ilumina con su luz a los intrépidos navegantes.
Hay varias leyendas relacionadas con su construcción. Una de ellas cuenta que Hércules llegó en barca a las costas que rodean actualmente la Torre, y que fue precisamente allí el lugar donde enterró la cabeza del gigante Gerión, después de vencerle en combate. La mitología dice que «hubo un gigante llamado Gerión, rey de Brigantium, que obligaba a sus súbditos a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Un día los súbditos decidieron pedir ayuda a Hércules, que retó a Gerión en una gran pelea. Hércules derrotó a Gerión, lo enterró y levantó un túmulo que coronó con una gran antorcha. Cerca de este túmulo fundó una ciudad y, como la primera persona que llegó fue una mujer llamada Cruña, Hércules puso a la ciudad este nombre»[
La Torre de Hércules fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad el día 27 de junio de 2009 en la ciudad de Sevilla. La candidatura a obtener esta distinción, recibió un amplio apoyo popular e institucional. La noticia fue acogida con alegría entre todos los coruñeses concentrados en la plaza de María Pita y alrededor de la propia torre, quienes aguardaron durante horas la designación.
Se puede decir que La Torre de Hércules no está en La Coruña, sino que La Coruña está en la Torre de Hércules, ya que seguramente, porque nos perdemos en la nebulosa de los tiempos, la ciudad nació y creció en torno al faro construido por los romanos para intentar superar su secular miedo a internarse en ese inmenso mar que significaba para ellos el Finis Terrae, el fin de la Tierra.
lunes, 17 de noviembre de 2014
domingo, 16 de noviembre de 2014
Paisaje de Castilla.
Paisaje
de
Castilla
José Javier Hernández
Paula Díaz Saavedra
1ºBachillerato A
Castilla y león
Capital: En el Estatuto de Autonomía no se establece una capitalidad,
pero la Junta de Castilla y León y las Cortes tienen su sede en Valladolid.
Provincias: Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria,
Valladolid y Zamora.
Esta comunidad autónoma de tanta solera, integrada por nueve
provincias, es la más extensa de cuantas integran la Península Ibérica, e
incluso de las regiones de la Comunidad Europea. Está enclavada en la submeseta
norte, teniendo por límites principales el Sistema Ibérico, a oriente, la
Cordillera Central, al sur y la Cordillera Cantábrica, al norte. Al occidente,
está separada de Portugal por el río Duero. Aunque en un territorio tan vasto
impera la diversidad geográfica, existen cuatro sectores fundamentales: la
amplia llanura esteparia, poblada por enebros y sabinas y animales como el
zorro, el gato montés y la ganadería ovina; las dehesas mediterráneas de la
provincia salmantina, jalonada por una vegetación de encinas y alcornoques
donde habitan el mayor número ganaderías de toros bravos de toda la península;
las montañas septentrionales de bosques de hayedos y fauna atlántica; y la
Cordillera Central tierras de pinares y águilas reales. Su clima, debido al
cinturón montañoso que bordea la Comunidad, es de tipo continental.
*Las ciudades:
Salamanca
De gran importancia histórica por su legendaria universidad, una de
las más antiguas de Europa, Salamanca se presenta con una belleza
extraordinaria y una gran herencia cultural.
Segovia
Resulta impresionante con su colosal acueducto romano que domina la ciudad, su extraordinario
Alcázar y su importante Catedral gótica.
Ávila
Una bellísima y encantadora ciudad enteramente encerrada por murallas
medievales en impresionante estado de conservación.
Burgos
Una ciudad monumental que bien merece una visita. Su famosa Catedral
se considera uno de los más importantes monumentos del gótico español.
León
La que fuera la capital del Reino de León, encierra la auténtica
belleza del medievo. Destacan entre sus monumentos una bellísima Catedral
gótica, la Basílica de San Isidoro con
importantes frescos románicos y un Panteón Real donde descansan numerosos
reyes, y la Iglesia de San Marcos que posee la más grande de las fachadas
platerescas de España. En su provincia, en el sobrecogedor paisaje del Bierzo,
se puede visitar una maravilla natural, Las Médulas, aquellas importantes de
minas de oro en tiempos romanos, de donde se sacaron hasta 900.000 kilos de
oro, hoy presentan surcos, galerías y picachos rojizos en contraste con verdes
valles. Un paisaje grandioso digno de contemplar.
Zamora
Es una ciudad medieval excepcionalmente bien conservada. Su magnífica
Catedral y numerosas iglesias románicas
de gran importancia histórico-artística sorprenden al visitante. Cerca de
Zamora se encuentra una Iglesia visigótica del siglo VIII, San Pedro de la
Nave. Otro de sus atractivos son los bellísimos paisajes del Lago de Sanabria,
el mayor lago de España y el único de origen glaciar.
Valladolid
Posee una provincia preñada de castillos y fortalezas. Su capital,
dispone de un importante patrimonio histórico-artístico y uno de los museos de
escultura más importantes de España. Valladolid es especialmente célebre por
sus procesiones de Semana Santa.
Soria
Asentada en la margen derecha del río Duero, y dominada por altos
cerros, atesora importantes joyas del románico en arquitectura religiosa. En
sus cercanías se encuentra la misteriosa Laguna Negra del Urbión, rodeada de
una impresionante muralla de rocas y bellos bosques de pinares. Se cuenta que
sus aguas oscuras y profundas están comunicadas con algún brazo subterráneo de
mar, de ahí su caprichoso oleaje.
Palencia
Aquella cuya provincia contiene la más importante concentración de
arte románico del mundo, y la que tuviera la primera Universidad de España en
el s. XII, se presenta encantadora con su fisonomía medieval. Monumentalmente
destacan su Catedral y su importante museo arqueológico.
Información histórica
Los primeros núcleos de población que aparecen en Castilla y León
tienen su origen hace miles de años,
cuando desaparecen las poblaciones nómadas y empiezan a surgir las poblaciones sedentarias. Estas primeras
poblaciones se caracterizaban por ser reducidas
en cuanto a tamaño superficial y demográfico. Sus habitantes vivían en pequeñas casas de barro, paja y piedra, y se
dedicaban principalmente a la agricultura y ganadería, es decir, a una economía
de subsistencia. Con el paso de los siglos estos primeros núcleos de población
van a ir evolucionando paulatinamente, llegando a convertirse en importantes asentamientos de
población.
La llegada de griegos y romanos a las tierras de lo que hoy es
Castilla y León supuso un importante avance demográfico, administrativo y
urbanístico.
• Demográfico: importante aumento de la población, lo que causo que
las ciudades crecieran
significativamente.
• Administrativo: empiezan a surgir los primeros cargos sociales, que
se van a encargar del asesoramiento y
control de las ciudades y sus territorios circundantes.
• Urbanístico: los núcleos de población pasan a considerarse polis o
ciudades. Las ciudades empiezan a crecer y a expandirse, y lo hicieron
siguiendo una estructura funcional y eficaz (las calles paralelas y
perpendiculares, alcantarillado, edificios públicos…).
Pero con la caída del Imperio Romano, todos estos avances y progresos
se vinieron ´´al traste´´, y no es hasta la Alta de Edad Media (período de la
reconquista cristiana), cuando los núcleos de población castellanos y leoneses
empiezan a resurgir. Gracias a la reconquista, el territorio castellano y
leonés fue repoblado, y como consecuencia es a partir de este momento cuando
empiezan a surgir las actuales ciudades. Estos primeros asentamientos tuvieron
una clara función militar, ya que comenzaron a levantarse en torno a los valles
de los principales ríos de la actual Comunidad (por ejemplo, en torno al río
Duero, al Eresma, Pisuerga…).
Estas ciudades se organizaban de la siguiente manera:
• Un castillo como elemento referencia de la ciudad.
• Se construyen parroquias, y a su alrededor aparecen los primeros
arrabales.
• Alrededor de todo ello se levanta una muralla, con el fin de
garantizar la seguridad de los habitantes.
• Las casas y las calles, dentro del recinto amurallado, no siguen una
estructura urbanística uniforme, sino que su construcción seguía un carácter
aleatorio.
• Los primeros pobladores de estas urbes procedían de norte, en su
mayoría eran astures y cántabros.
• La economía sufre un proceso de transformación importante ya que el
comercio se reactivó notablemente, provocando que se restaurarán las vías
comerciales, así como la aparición de mercados.
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